sábado, 18 de junio de 2011

Al dejar la niñez

Para Abigail Guzmán, al cumplir los 18 

Hoy llegas a la puerta donde la adultez aguarda, y ríes tranquila porque los años no pesan.
Te ves divertida alcanzando  el umbral de las responsabilidades, e ignoras que desde ahora tus ojos juguetones ya no tendrán tiempo de volver sobre sus pasos.
La juventud se divierte en tu cara aguileña, y te ríes al saber que, como todo, pasará. Y que una noche cualquiera se volcará en la carretera donde los días desperdician su sabor a eternidad.
Y los ojos se te hinchan al contemplar la esperanza, y ya quieres la frontera  de los sueños traspasar para luego con nostalgia trocarla por los recuerdos que, al final, serán los únicos que jamás te dejarán.
Y verás la profecía de estas líneas caprichosas, desafiando la hoguera que crepita en tu mirada, por robarse algún recuerdo de la niña que hoy roza la entrada de una mentira que la vida le depara.
Y después, al otro lado de la infancia pasajera, mirarás agradecida la enseñanza de los años, y recordarás la puerta que hoy abierta te espera para enseñarte que la vida es un juego de engaños.

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