¿Para qué luchar por un pueblo que olvidó que está vivo?
¿Para qué escribirle a su ignorancia?
¿Por qué gastar tinta y saliva en arengar a una multitud que
se hace sorda?
¿Vale la pena gloriarnos de civilizados si nuestros actos
son irracionales?
¿Por qué nos avergonzamos de los tainos si ellos tuvieron
las agallas de escoger la extinción a la maldita servidumbre?
¿Por qué no defender la Educación Pública, Gratuita y de
Calidad si la estamos pagando con nuestros impuestos?
¿Por qué soportar que se nos privatice hasta la respiración?
¿Por qué escoger
vivir en un país con Ejercito Nacional, Marina de Guerra, Fuerza Aérea y demás
alcahuetadas militares a un país con escuelas, universidades, politécnicos y
empresas de calidad?
¿Para qué ser un poeta de boca tapada, de poesía pagada y
mentirosa si se nos va el alma en cada
nuevo impuesto, en cada cambio de gobierno o en la política eterna?
Por estas maldiciones y muchas más es que de hoy en adelante mi poesía será no
callarme nada.
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