miércoles, 25 de abril de 2012

Piantini y Gazcue ganamos


Hermanos, hermanos, hermanos del tiempo, este planeta es el hogar de todos, en la guerra entre hermanos no hay ganadores, es una lista millonaria de perdedores…Ricardo Arjona.

Sé que ya hay quien esté criticando esto, por la cita con que decidí empezarlo. a esa persona permítame decirle que la verdad no deja de ser verdad porque la diga alguien que no comparta nuestra ideología o porque simpaticemos o no con él. De ahí mi elección de esta frase que considero perfecta para el tema a tratar.
Odio las injusticias, y pienso que el que seamos de naturaleza débil, por el exceso de pecado o por la influencia corruptora de la sociedad, no nos justifica para celebrar nuestra vergüenza o la de nuestros hermanos y mucho menos para querer repetirla.
De ahí que siempre trate de no cometer un error dos veces, y mucho menos de hacer de él una cadena de repeticiones capaz de atar mi conciencia a los ridículos protocolos de la sociedad.
Por eso me incomodó tanto la decisión tomada contra el Club de Piantini, al no querer dejarlo presentar su marcha, en el Camporee de Guías Mayores de la Asociación Central Dominicana de los Adventistas del Séptimo Día, porque no era apta para ser exhibida, por equis o por ye razón, que desarmonizaba con lo establecido por la disciplina…
Por si alguien lo ignora, soy adventista, así esta observación no está fundada sobre prejuicios, y ese es el punto clave, porque cuando criticamos algo nuestro, lo hacemos  sólo con la intensión de crecer, esperando que dicha situación no vuelva a repetirse.
Si los jueces o pastores que tomaron la decisión, tuvieron o no razón, no me incumbe ni lo discuto, pero sí el recalcar que no es justo, en lo absoluto, que habiendo cerca de un mes de diferencia entre el pre-camporee, donde se presentó por primera vez la marcha, y el camporee, lugar final de las exhibiciones, no había necesidad de esperar el último momento para decirle no a muchachos que por meses, e incluso por todo un año se habían estado preparando para ese momento.
Quienes tomaron la decisión pueden alegar lo que quieran, pero eso deja mucho que desear de ellos, y otro tanto que demandar de su organización. Fue una decisión muy desagradable, desconsiderada y todo lo que se pueda añadir a esta cadena de sinónimos que no terminará en un eslabón aceptable.
¿Había necesidad de ridiculizar al instructor de la marcha rompiendo el protocolo de la ceremonia, como lo hicieron, delante de un público que esperaba ansioso lo que se había catalogado como algo fuera de serie?
Para sustentar mi hipótesis basta mencionar un solo punto, la inversión que la mayoría de estos jóvenes hace de tiempo, dinero y horas de estudios para poder lograr semejante precisión en el evento más atractivo del Camporee, ya que casi todos  son estudiantes universitarios, y además de eso trabajan. Jóvenes que dejaron días irreparables de quehaceres personales para dedicarlos a una causa considerada justa, para luego querer doblegar su ánimo con semejante decisión. Creo que hasta ahí no debería jugarse con nuestro tiempo.
Admiré y apoyé la decisión tomada por la directora de las Escuela de Guías Mayores de Gazcue, Rosa Johanna Santana, que dijo “si ustedes no marchan nosotros tampoco, pues somos compañeros”, quedando claro que por encima de todo espíritu competitivo, está el de compañerismo y la unidad entre hermanos.
No sé quién toma la decisión de presentar o no una marcha, pero entiendo que si aun con el tiempo transcurrido entre el pre-camporee y el camporee no pudieron fallar sobre el caso, debían aprovechar los tres  días del camporee, viernes, sábado y domingo, y no esperar el último momento como si lo que se buscara con esto fuera hacer una maldad y no aferrarse a la disciplina.
Si ese fin de semana estaban reunidas ahí las principales autoridades del Club de Guías Mayores de todo el país, ¿por qué hubo que esperar hasta ese instante para tomar esa decisión?
Al final dejaron a los muchachos presentar su marcha; todo eso después de  algunos encontronazos entre dirigentes y no dirigentes, y después de que al momento de pedir el permiso para presentar la marcha, contra todo lo protocolar, la autoridad competente en el caso durara cerca de un interminable minuto secreteándole al oído al instructor de la marcha del club de Piantini palabras que todos deseábamos oír, pero que el haragán del viento no arrojaba más allá de los tímpanos receptores.
Hace falta  volver a donde empezamos y parafrasear al poeta que dice, si somos hermanos de un tiempo determinado y luchamos por la misma causa, ¿por qué los malos ratos? , ¿por qué la tiranía entre nosotros?, ¿por qué la división entre lo que debería ser una unidad? Este planeta es el hogar de todos, en la lucha entre hermanos no hay ganadores solo una lista millonaria de perdedores…
Terminando mi crítica, es preciso recordar la catalogada ley de oro “Haz a los demás, lo que quieres que te hagan a ti”
Aunque sé que cada cosa el Señor la permite por un propósito, no podía quedarme callado ante semejante acto de desconsideración contra mis hermanos, no importa que fuera Piantini, Gazcue, La Paz, Mella… por cualquiera lo hubiera hecho. Y digo que el Señor tiene su propósito en cada cosa, porque la hermandad que reinó entre los dos clubes después de eso fue algo que aunque siempre he deseado, no esperaba. Ahora estoy seguro de algo: con lo que el enemigo quiso hacer una derrota, el Señor la convirtió en una gran victoria, una lucha donde todos ganamos. De nada sirve ganar un primer lugar si perdemos amistad con los hermanos y amigos.
Esa tarde salimos con la convicción de que en el Club de Piantini teníamos hermanos sinceros y leales, personas que aun en los momentos difíciles estarían ahí para apoyarnos.
No sé si logré mi propósito con este escrito, pero esperamos que casos semejantes no se vuelvan a repetir contra nadie. Si no se logra, de todos modos seguiré siendo la voz que clama en el desierto de las injusticias hasta que se me escuche, o como a Juan el Bautista, perezca silenciado por la guillotina fría de algún Herodes moderno que busca encubrir sus defectos de el pueblo que lo venera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te dejo un abrazo querido Rodolfo. Por el problema de no tener internet en casa, no me he podido leer el artículo, pero ya podré.

Nos seguimos viendo.

Andri