Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
a mí me enorgullecen las que he leído. (Jorge Luis Borges)
En este Viaje a Portugal, mi Dulcinea es La Dama de las Camelias. En vez de Sancho, me acompaña El
Caballero de la Armadura Oxidada. Me han dado Las Armas Secretas Los Grandes
Iniciados usando el Artificio de El Tamaño de mi Esperanza. El Cuervo auguró su Historia Universal de la Infamia cuando Un Suceso en el Puente Sobre el Río Owl basculaba el alma sin vida de El Hombre Mediocre. Platero y Yo ayudamos a Robin Hood a lanzar La Flecha Negra, después de resucitar a Romeo y Julieta con El
Perfume de La Celestina.
No
visito Las Siete Iglesias (allí Lloran las Viejas Campanas), pero sí El Club Dumas donde Los Tres Mosqueteros beben sin miedo El vino de Anjou. Creo que ya van Las Mil y Una Noches,
desde La Última Cena, cuando Quevedo desafió a Góngora por las Rimas que circulaban en La República, y que La
Política, con Orgullo y Prejuicio,
atribuía al poeta cojitranco. “No queda
sino batirnos, dijo Don Francisco”. La
Metamorfosis se produjo cuando Lope
de Vega, Facundo, levantó su mano
pálida como ostia, conocedora de Guerra y
Paz. “El Príncipe”, refunfuñó, Cándido, o el Optimismo que le daba el
tener su Corazón de Tinieblas ligado
al creador de Fuente Ovejuna. Un
español, narrando El Proceso, dijo que El
Capitán Alatriste al ver a su amigo en peligro metió la mano bajo La Caperucita Roja, agarró a Tizona, se atusó el mostacho, se tocó
las Alas Rotas de El Sombrero de Tres
Picos y volteó sus ojos fríos como El
Sol de Breda o Una Invernada Entre
los Hielos.
Solo
aquí se entiende El Código Davinci.
Hoy vi a El Conde de Montecristo.
Dijo La Ilustre Fregona que si
hubiera llegado Un día Después de Mañana
se muere, pues llevaba Cien Años de Soledad.
Agregó que tuvieron que pasar La Odisea
para traerlo, pues Alí Babá y los Cuarenta Ladrones
lo tomaban por El Enviado.
En
La Cabaña del tío Tom, entre Noches Blancas, el güey Pedro Páramo contaba las Leyendas de El Llano en Llamas. Las
Narraciones Extraordinarias fueron interrumpidas por Don Pedro Calderón de la Barca, quien dijo que el pirómano no fue
condenado porque El Señor Presidente
y El Alcalde de Zalamea andaban con Los
Seis Personajes en Busca de Autor.
En la disputa intervinieron Octavio Paz,
Rubén Darío, Sor Juana Inés, San Juan de
La Cruz y el resto de la calaña homérica, e interpretaron el Canto a mí Mismo. Neruda no quiso participar, alegando Cosas Añejas, y que Veinte
Poemas de Amor y una Canción Desesperada
son las Prosas Profanas de La Eneida. En La Fiesta del Chivo, Orfeo
y Pan tocaron la lira, se le unió El Flautista de Hamelín. Beethoven y Bach los acompañaron al piano, mientras La Piel del Tambor sacaba Danza
del Instinto a La Reina del Sur.
Finalizada La Divina Comedia, se paró
Pericles e improvisó El Discurso Maestro de Jesucristo. Séneca protestó diciendo Así
Habló Zaratustra en el Discurso del
Método, y que por lo tanto no podría estar en su Libro de Oro. Flavio Josefo
intentó hacerlo Antigüedades Judías,
pero Por Miedo a los Judíos lo cedió
a la inspiración de Elena de White quien lo convirtió en El Deseado de Todas las Gentes.
Once Minutos De Amor y de Sombra
estuve en La Casa de los Espíritus, y
escuché a La Cenicienta contar Los Cuentos de Eva Luna, mientras La Suma de los Días marcaba La Vuelta de Martín Fierro. En mis Locuras de Tiempo Extra entré a la
posada donde María y Los Habitantes aguardaban El Regreso del Hijo Perdido. El Oscuro de sus ojos me recordó El Túnel. En la habitación del lado, Santiago aun no se despertaba del sueño
en que cayó después de La Pesca Milagrosa.
Lo miré y tuve que Reír Llorando, pues
La Vida es Sueño. Cuando iba saliendo
El Paciente Inglés me miró con su
rostro Azul y me dijo, ahora es cosa
de El Viejo y el Mar.
Cansado de Huir
me detuve en Un Lugar Maldito para
ver un Duelo de Titanes. Allí me
encontré a El Hombre de Texas y a Prosper Merime. El primero me preguntó
si en el Valle Trágico había visto a
su hijo, El Prometido de “Nora”. Como
no sabía qué decirle, lo entretuve con La
Fábula de José. Caminamos Al Paso de
los Sabios Senderos de la Filosofía
y tomamos el Tranvía a la Malvarrosa,
desmontándonos en El Hogar Cristiano
donde El Peregrino leía el Libro de
Buen Amor. Cristiano nos contó
que en Andalucía, José había matado a Carmen por celos y que El
Crimen, un Pacto de Sangre, sería expiado colgando a El Lapicida de los Ojos Morados.
Después escuchamos Los Relatos
del Peregrino Ruso, quien contó que
había pasado por Lesbos, y que allí
le informaron Dafnis y Cloe de la
muerte de Longo. Este Padre Rico, Padre Pobre en sus correrías
visitó a Alicia en el País de las
Maravillas, recorrió El Libro de la
Selva, vivió entre Los Miserables,
partió La Naranja Mecánica, escribió Cuentos que no son Cuentos, aportó a La Vida del Lazarillo de Tormes, y realizó La
Vuelta al Mundo en 80 Días. En cuanto a Los
de Abajo, hizo 20,000 Leguas de Viaje
Submarino, envió mensajes De la
Tierra a la Luna, cultivó Las Flores
del Mal, realizó El Retrato de Dorian
Gray, firmó El Contrato Social,
conoció la Historia de la Vida del Buscón,
a El Burlador de Sevilla, El Mercader de
Venecia, El Monje que Vendió su
Ferrari, y a El Vendedor Más Grande
del Mundo. Defendió a Judas Iscariote
el Calumniado, consiguió El Sí de las Niñas, estudió la Genealogía de la Moral, participó de la Rebelión en la Granja, donde estudió las
Memorias del Subsuelo. También
conoció la Brevísima Relación de la
Destrucción de las Indias, albergó El
Diablo en el Cuerpo, Misericordia, si esto son Pequeñeces, decía entre suspiros, “Humano, Demasiado, Humano”, agregó. Luego hizo una pausa, y continuó. Consolé las Penas del Joven Werther, amé a Pepita Jiménez, profeticé a Hamlet, grabé la Canción de Navidad, luché con Don
Álvaro o la Fuerza del Sino, cristianicé las Fábulas Morales, escribí Flush,
una Biografía, lloré La Muerte de Iván Ilich, sentí temor de ser
borrado de El Libro de la Vida, fui
consejero de Edipo Rey, El Cartero de Pablo Neruda, contemplé La Gloria del Olivo, esperé en el Encuentro en “Montaña Roja”, corrí 100,000 Kilómetros Tras los Ovnis, participé en la expedición Caballo de Troya, denuncié La Conspiración, me uní a La
Búsqueda del Santo Grial, visité La
Fortaleza Digital a donde me guiaron Ángeles
y Demonios, me reuní con los Illuminati,
perdí Un Amor de Swann, soporté Una Gestapo en América, probé Lunas, Penas y
Gitanos, seleccioné Los Mejores
Relatos de Roald Dahl, critiqué La
Homo Sexualidad al Desnudo, entendí Los
Poemas Filosóficos del Rey Salomón,
difundí Historias de Vida, Muerte y
Lejanías, sentí La Incesante Agonía
del Regreso, comí con El Principito, vendí El Escarabajo de Oro, indagué en El Caso del Futbolista Enmascarado, recibí Cartas
desde Nigeria, rescaté a Los hijos
del Capitán Grant, escogí Lecturas Selectas, caminé El Paraíso sin Adán y en él enseñé a El Búho que no Sabía Ulular.
Fui Pasajero a la Hispaniola donde
caí Preso, pero me ayudó a escapar Una Mujer en Caracol, después descubrí Un Gato en el Palomar y Un Lobo Entre las Ovejas, leí los Cuentos de
Amor de Locura y de Muerte, copilé las Novelas
Ejemplares, caminé con Don Segundo
Sombra, investigué El Extraño Caso
del Dr. Jekyll y del Sr. Hyde,
conocí al Hombre que Fue Jueves, leí
las Novelas de San Petersburgo, jugué
con los Palomos, derribé a El Gran Gatsby, cacé El Rinoceronte, viví con Marianela, serví a Doña Bárbara, aprendí a Escribir en Femenino, recité Los Versos del Capitán, averigüé porqué Los Hombres son de Marte las Mujeres son
de Venus, escuché a Frankenstein,
hice Poemas Humanos, traduje Popol
Vuh, me entusiasmé con El libro de
las Maravillas, organicé el Despalabro
Total, transcribí la Narración de
Arthur Gordon Pym, comí en los Días
de Carne, inventé la receta Para
Animar un Corazón, escuché los Testimonios
para la Iglesia, conocí a Demián, a Narciso y Goldmundo, y Las Hermosas Enseñanzas de La Biblia, le gané a El Jugador, traduje las Memorias
de Adriano, me formé con el Homo
Videns, creí que Dios Vuelve en una
Harley, envié Un Mensaje a García,
compré El Jarrón Azul, medité en la Filosofía
del Silencio escuchando El Silencio
de mi Alma, acompañé a El Cazador,
me enteré de la Historia de un Hombre
Contada por su Esqueleto, di El
Aplauso del Cielo, conocí a Charlie y la Fábrica de Chocolates,
averigüé con Fisgón ¿Quién se ha Llevado mi Queso?, fui El hombre Más Rico de Babilonia, descifré El Código Secreto de La Biblia, oí Historias que no Cuentan, conquisté a La Galatea, sopesé La Insoportable
Levedad del Ser, comprendí La Verdad Restaurada, compré La Perla de Gran Precio, medí Versos en Arte Menor, relaté Doctrinas
y Convenios, transcribí El Libro de
Mormón, adapté El Corán, practiqué
El Arte de la Guerra, rescaté a Robinson Crusoe, participé en el Ocaso de los Ídolos, fui amigo de El
Rey Lear, y hasta entendí La
Importancia de Llamarse Ernesto, pero nada de esto fue Un Mundo Feliz. “Acce Homo”
Cuando
retomé El Camino a Cristo encontré a alguien que venía de La Guerra del Fin del Mundo. Se le notaba Bajo Presión. Lo cuestioné, Quo
Vadis?, pero no contestó. Entonces entendí la expresión De Profundis. Un colombiano se me
acercó, y con timidez me dijo “El Coronel
no Tiene Quien le Escriba, pues aun sigue El general en su Laberinto”, después oí al coronel refunfuñar, “Y si la Guerra Continúa, Mierda” luego
se deshizo en la Memoria de mis Putas
Tristes.
Luís Pie
me alcanzó Un Día de Cólera, venía
montado en La Mañosa, y me contó que Hay un País en el Mundo apodado La
Isla al Revés, donde El Plan Trujillo
fue Pesado en Balanza, “Cosas de Hipólito”,
decía entre dientes. “Mis 500 Locos
ya están muertos… algo nos interrumpió. Por la sabana alguien venía, apenas era
La Mancha Indeleble sobre el pasto. “Mi Compadre Mon”, gritó Pie,
y ambos se abrazaron con La Fuerza del
Sheccid. Compadre, El Masacre se Pasa
a Pie, dijo el recién llegado. Solo debemos invocar a El Cristo de la Libertad, quien nos quitará La Venda Transparente que nos impide formar nuestra Grecia Eterna. Bien contaba Esperanza, mi mujer, continuó Mon, cuando Los Carpinteros cantaban el Poema
de la Hija Reintegrada, mientras picaban Los Mangos Bajitos, y La Sangre daba vida a los Cerros Ensangrentados. Ahora nació allá El Hombre de los 100 Corazones, Enriquillo
y dicen que es nieto de La Hija del Comandante…no pude seguir
escuchando, pues se fueron en busca de El
Oro y la Paz.
Una
vez encontré entre la maleza Los
Cuadernos de Don Rigoberto, allí leí las Travesuras de la Niña Mala, El
Sueño del Celta y Conversación en la
Catedral.
En
Las Cumbres Borrascosas de La Montaña Mágica, A Este Lado del Paraíso, El Señor de las Moscas, con Las Babas del Diablo mojando su Sueño de una Noche de Verano, balbuceó, “El Jefe Iba Descalzo” Allí fue el Ocaso y
Viaje Hacia Ti. A Pesar de Todo ¡Que
Linda es la Vida! “Confieso que he
Vivido La edad de Oro Más allá del Bien y del Mal, aunque no tenga idea de El Arte de Amar”. El volar de las Hojas de Hierba con su Presencia de Humo anuncia El Conflicto de los Siglos. Un Grito Desesperado se produjo Cuando Murieron mis Dioses, pues
apareció El Profeta y sentenció “Te Llamaré Viernes”, pero El Avaro no denunció a Los que Falsificaron la Firma de Dios ni
La Cara Oculta de la Globalización, y
sin embargo permitió Los Paraísos
Artificiales, Los Sueños, La Utopía,
El Caminante y su Sombra, Crimen y
Castigo, los Cuentos, Historietas y
Fábulas, El Anticristo, El Fantasma
de Canterville, el Bacá, Los Infortunios de la Virtud, y El
Diccionario del Diablo. Ese fue El Año de las Desapariciones, pues comenzó
La Guerra de los Dioses…
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