Hoy mis
ojos dormían. Estaban lindos, como siempre, pero muertos.
Me besaron
antes de caer en coma. Sentí sus labios tibios.
Cuando se
rindieron aún era temprano del peor día de la humanidad. Sin luz nadie deseaba vivir, así que cerramos nuestros ojos y nos arrojamos con ellos al valle de la muerte.
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