viernes, 22 de noviembre de 2013

Una replica censurada


Es propicia la ocasión para hacer un aclarando. El lunes o martes, nunca recuerdo con exactitud, recibí una llamada de mi amiga Niurca Herrera, para preguntarme que quienes eran los miembros de mi plancha. Pregunta surgida por un comentario puesto en este grupo en una foto.
A lo que respondí que no, que sólo bromeaba cuando hice el comentario. Que por razones que más adelante detallaré me había tenido que ausentar este año de las reuniones ordinarias del grupo literario.
Sé que el equipo donde está Niurca es de calidad y con cualidades suficientes para desempeñar el cargo al que aspira y más, pero como ya dije me gusta la democracia,  que tengamos la opción de elegir. Si esto no pasa tiendo a sentirme frustrado.
Ahora bien, escribo estas líneas porque me sentí terriblemente aludido con el comentario dejado en este espacio por el Coordinador Nacional de Talleres Literarios, el señor Eulogio Javier (“sólo quiero recordarles que para mantener la calidad que hasta ahora tenemos, es necesario que las personas que aspiren a coordinar el Taller sepan que la fidelidad, la dedicación, la puntualidad y la asistencia constante son elementos ineludibles a la hora de formar un plancha con mirras a la coordidación”), que bien, haciendo honor a su cargo o velando con excesivo cuidado se olvidó tomar en cuenta lo siguiente:

¿Qué es un miembro activo de un taller literario?
¿Es un miembro que esté todos los viernes asiste a las reuniones, pero que no desempeña ninguna función o es una persona que aunque alejada temporalmente, por razones ajenas a su voluntad  y que muy bien deberían conocer se ha mantenido presentes en todas las reuniones y actividades celebradas por el taller en horario que no le afecten a la beca estudiantil que recibió por un año? 
Recuerdo que en el presente año estuve en todas las actividades literarias del Taller fuera del horario protocolar en que nos reunimos. Si lo han olvidado bastan las fotos de Santiago, San Francisco, San Pedro, las reuniones sociales donde Salvador, Niurca, las correcciones a los cuentos de Francisca, en el Club de Profesores de la UASD, puesta en circulación del libro de Niurca, y por si les resulta poco, me arriesgué a perder un día de clases para llevar a una de las reuniones del taller al escritor Roberto Marcallé, compañía que todos disfrutamos.
Sigo insistiendo ¿es un miembro ausente del taller quién ha recomendado durante el año más de cinco personas, algunos de las cuales ahora son miembros activos? ¿o el que preocupado porque alguien no tome nuestro nombre en la red Twitter crea una cuenta para el grupo y se la da a la directiva y ayuda a mantenerla activa?
¿Puede ser un miembro ausente del taller el que se atreve a tomar una beca de English por Inmersión para tratar de llevar sus textos y la mejor antología que se haga de nosotros a las imprentas del Norte? No digo que otra persona no pudiera hacer esto, pero nadie se preocuparía más por la fidelidad de las traducciones que alguien que conozca bien el idioma original y el ambiente narrativo e incluso las técnicas manejadas en la escritura.
¿Es un miembro alejado el que después de haberse pasado un día entero en los ajetreos de la graduación final se atreve a llegar al Taller a las siete, aun llevando la ropa formal que usó durante todo el día?
Por lo ya citado habré perdido mi facultad de a la candidatura del espacio, pero jamás mi derecho a réplica.
Si alguien se atrevió a leer la carta que dirigí al principio de año, cuando inicié el programa English de Inmersión, al Coordinador se dio cuenta de que tanto amo el espacio.  Si nunca lo hicieron, por no tener tiempo o por falta de interés, les dejo el link para que lo hagan:

“Cerrando caminos no se hace futuro”


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